Acepto y entiendo que meresco empezar de cero;
con alma transparente, y espirítu tranquilo.
Lo que ha de ser, será.
Entiendo que por más que me angustie,
no agregaré un centimetro a mi estatura;
Jesús tenía razón.
Es tiempo de relajarme.
Dios no me está juzgando.
Así que Por qué habría yo de haerlo?
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