Las viejas recetas siempre vigentes: miel y jengibre para tos y resfríos
Si hay algo que los niños presentan con frecuencia es tos y resfríos, e inmediatamente para las mamás se encienden las luces de alerta, aunque sabemos que no es grave de todas maneras buscamos la forma de aliviar estos síntomas y hacer que nuestros hijos se recuperen rápidamente.
Durante el día de una manera u otra encontramos recursos para hacerlo sentir mejor, pero en la noche, cuando las fiebres aumentan o los dolores de cabeza se hacen más intensos; sabemos que debemos recurrir a tratamientos alternativos.
El sistema inmunológico frágil de los niños hace que esta sintomatología no les permita descansar bien y lo primero que necesitamos calmar es la persistente tos.
Para esos recurrimos a jarabes que muchas veces son de venta libre y que sirven para aliviar estas molestias, pero es sabido que este tipo de medicamento suele provocar somnolencia, dolores de cabeza e incluso taquicardia.
Y entonces, ¿qué hacemos?
Podemos intentar abrir el botiquín de primeros auxilios de nuestras abuelas e intentar un remedio casero totalmente natural y sin efectos secundarios.
Sólo necesitas:
Miel orgánica.
Aceite de coco.
Harina.
Jugo de jengibre.
Preparación:
Tome partes iguales de miel, harina y aceite de coco y mézclelos hasta formar una pasta. Agregue un chorro de jugo de jengibre y vuelva agregar tanta harina como sea necesaria una masa suave.
Ponga esta masa en una servilleta de papel, y envuélvala en una gasa de modo que luego pueda colocarla como si fuera un vendaje en el cuello o en la espalda de su hijo.
Es recomendable realizar esto estando acostados y tomando la precaución de realizarlo dos o tres horas antes de la hora de dormir.
En el caso de los adultos pueden utilizar este mismo tratamiento durante toda la noche. Es normal que la preparación provoque sudoración, pero no preocuparse porque no tiene efectos secundarios.
En el caso de los niños, es preferible que el tratamiento sólo se aplique durante dos o tres horas para evitar una posible irritación de la piel.
Rachel Lim, una mamá de Singapur, asegura que utiliza este remedio casero con su hijo cada vez que lo necesita y compartió en Facebook su experiencia: “luego de dos o tres horas de sueño mi hijo acostumbraba a comenzar a toser y no había cómo detenerlo. Probé este remedio tan efectivo y los resultados fueron increíbles. Amanece sin congestión nasal, sin fiebre y sin flema. Además, no tose en toda la noche”.
Como ya sabemos el jengibre y la miel son remedios que se utilizan desde hace años para combatiros estados gripales y en esta oportunidad, con este remedio casero, los seguimos utilizando.
Tome partes iguales de miel, harina y aceite de coco y mézclelos hasta formar una pasta. Agregue un chorro de jugo de jengibre y vuelva agregar tanta harina como sea necesaria una masa suave.
Ponga esta masa en una servilleta de papel, y envuélvala en una gasa de modo que luego pueda colocarla como si fuera un vendaje en el cuello o en la espalda de su hijo.
Es recomendable realizar esto estando acostados y tomando la precaución de realizarlo dos o tres horas antes de la hora de dormir.
En el caso de los adultos pueden utilizar este mismo tratamiento durante toda la noche. Es normal que la preparación provoque sudoración, pero no preocuparse porque no tiene efectos secundarios.
En el caso de los niños, es preferible que el tratamiento sólo se aplique durante dos o tres horas para evitar una posible irritación de la piel.
Rachel Lim, una mamá de Singapur, asegura que utiliza este remedio casero con su hijo cada vez que lo necesita y compartió en Facebook su experiencia: “luego de dos o tres horas de sueño mi hijo acostumbraba a comenzar a toser y no había cómo detenerlo. Probé este remedio tan efectivo y los resultados fueron increíbles. Amanece sin congestión nasal, sin fiebre y sin flema. Además, no tose en toda la noche”.
Como ya sabemos el jengibre y la miel son remedios que se utilizan desde hace años para combatiros estados gripales y en esta oportunidad, con este remedio casero, los seguimos utilizando.
Fuente: Saludable.guru
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