San Jacobo Enrollado

San Jacobo enrollado, sabores atractivos

Una receta para principiantes. Solo 5 ingredientes y unos bocaditos riquísimos, como todo lo que lleva jamón y queso. Los San Jacobos los conozco de toda la vida y resultan un plato muy económico, perfecto para el día a día.

Es un plato muy sencillo de hacer y resulta muy económico, ya que todos sus ingredientes son baratos. Jamón y queso, en este caso enrollados, todo ello empanado con harina, pan rallado y huevo, y a freír.

San Jacobo enrollado, sabores atractivos, el video paso a paso

Ingredientes

Para 4 personas:
8 lonchas de jamón york
8 lonchas de queso

Para el empanado:
Huevos
Harina
Pan rallado

San Jacobo enrollado, preparación

Para empezar a hacer los San Jacobos, tenemos que empezar disponiendo el jamón y el queso como hago en el vídeo. Cogemos una loncha de jamón york aproximadamente el doble de grande que la loncha de queso y que sobre por los lados. Si no sobra, debéis quitarle un poco de anchura al queso. Ponemos la loncha de queso sobre la de jamón en uno de los extremos, dejando jamón de sobra y enrollamos. Vamos haciendo esto con todas las lonchas y las vamos dejando en una fuente con la parte el pliegue pegando en el fondo de la fuente para que no se despegue.

Ponemos aceite a calentar para freír los San Jacobos y mientras se calienta, vamos empanándolos pasándolos primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Cuando el aceite esté caliente solo tenemos que freírlos a fuego medio e ir sacándolos a un papel absorbente cuando estén hechos, para quitarles el aceite sobrante. Como veis ahí, los he cortado por la mitad porque me encanta ver cómo se desparrama el queso y las fotos quedan preciosas.

Consejos:

Originalmente los San Jacobos son una variante del “Cordon Bleu” que lleva pechuga de pollo, aunque se puede poner también ternera o si nos volvemos locos filetes de cinta de lomo.

Hablando de quesos, os puede servir cualquier queso cremoso para meter en el interior de los San Jacobos como pueden ser la mozzarella, un queso curado para darle un sabor más potente, con queso “emmental”, un queso semicurado si prefieres quedarte en un punto intermedio… Las posibilidades son muy variadas.

Fuente: Cocina Familiar