Según cada especie en particular, las orquídeas pueden crecer tanto en climas fríos como cálidos. Las orquídeas son relativamente fáciles de cultivar, siempre y cuando mantengas sus requerimientos de luz y humedad correctamente equilibrados. Es fácil saber si estás cuidando tus orquídeas correctamente, sólo tienes que comprobar la humedad y observar el color de las hojas. No te preocupes por las orquídeas que no florecen inmediatamente; éstas no florecen hasta que la planta está madura.
Instrucciones
1-Fíjate en el color de las hojas de las orquídeas. Las hojas saludables son de un color verde mediano, las amarillas indican que la planta recibe demasiada luz, y el follaje verde oscuro indica muy poca luz. Pon tu orquídea en el alféizar de una ventana orientada al sur para que reciba la cantidad correcta de luz.
2-Comprueba el nivel de humedad de la mezcla para macetas. Demasiada agua puede causar la pudrición de las raíces, y demasiado poca puede limitar el crecimiento de la planta y la floración. Mantén la orquídea sana con altos niveles de humedad, pulverizando agua alrededor de la planta o colocándola en un lugar húmedo, como un cuarto de baño. Riega la orquídea cuando el suelo esté seco una pulgada (2,54 cm) hacia abajo.
3-Aplica a tu planta un fertilizante balanceado destinado específicamente a orquídeas mientras que esté floreciendo. Disminuye la fertilización mientras entra en letargo. Sigue las instrucciones del envase del producto en cuanto a las cantidades y la frecuencia de su aplicación.
cortesia: eHow
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