Clivia
Aumenta la belleza de tu jardín con la Clivia
Nuestra protagonista de hoy es una flor que a mí personalmente me encanta, y sé que a ti tampoco te dejará indiferente. Te estoy hablando de una planta bulbosa cuya presencia cada vez es más notable en jardines cálidos e incluso templados de alrededor del mundo; algo que no es de extrañar, ya que ¿a quién no le gustan las flores de la Clivia?
Esta es una planta muy agradecida que gustará de lugares donde pueda estar protegida de la luz del sol, o en el interior del hogar.
Dentro de su género la más cultivada y, como consecuencia, más conocida tiene como nombre cientifico Clivia miniata. Es una planta herbácea perenne, que brota de un bulbo. Tiene hojas de un color verde oscuro, las cuales son largas y bastante anchas, de unos tres centímetros. Sus flores son preciosas, tanto las que son de color rojo como las que las tienen naranjas. Y por si fuera poco, con una altura total de unos 40cm, es una candidata perfecta para tener en maceta.
Originaria de Sudáfrica, es resistente al frío. De hecho, puede soportar heladas de hasta cinco grados bajo cero. Es increíble, ¿verdad? No tendrás que preocuparte de dónde ubicarla en invierno, siempre y cuando el termómetro no baje más de esa temperatura. Aunque si eso ocurriese, puedes tenerla en interior sin problemas, ya que es muy adaptable.
Podrás verla florecer a partir del tercer año de edad, y lo hará desde primavera hasta finales de verano, pudiendo hacerlo también en otoño si éste es cálido. En cultivo no es una planta exigente: crece en terrenos arcillosos (con pH de 7) y también en los ácidos (con pH bajo, entre 4 y 6). Sin embargo, para que se mantenga en buen estado de salud es aconsejable abonarla mientras haga buen tiempo, hasta que vuelve a haber riesgo de heladas. No te olvides de regarla una o dos veces por semana, dependiendo de la humedad que tenga el sustrato, a fin de que que pueda crecer adecuadamente.
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