Lo que escucha el bebé deja huella en su cerebro
Día a día y mes a mes dotarán de significado ciertas palabras, hasta que casi sin saber cómo, entiendan frases para después, ser ellos mismos quienes comuniquen cosas con su idioma propio. Todo este fantástico proceso debe darse en un entorno favorecedor, afectuoso y cercano.
Las rutinas, momentos idóneos para favorecer la comunicación
Somos conscientes de que un recién nacido pasa la gran parte del tiempo dormido. Sin embargo, a lo largo de esas primeras semanas y meses de vida, disponemos de instantes maravillosos con los que iniciar ese mágico proceso con el cual, estimular el desarrollo cerebral del niño mediante el lenguaje.
- La lactancia es sin duda el momento más propicio, mágico y significativo con en el cual, hablarle a un bebé.
- Cuida de que el tono de tu voz sea cálido, positivo y con una entonación siempre positiva.
- Busca el contacto visual cuando le cambies los pañales, cuando lo vistas y lo desvistas.
- Los momentos de baño son instantes de ocio en los cuales los bebés son muy receptivos tanto a las voces como a la gestualidad de mamá y papá.
- Si logramos arrancarle una sonrisa habremos dejado una huella más de positividad y amor en el cerebro del niño.
La voz de mamá tiene poder y ha estado ahí siempre, mucho antes incluso de que ese bebé llegara al mundo. Un niño ha pasado 9 meses en el viente de esa mujer que ahora lo mece, lo atiende y lo alimenta.
- Al nacer, un bebé ya reconoce la voz materna, no podemos olvidar que el líquido amniótico es un gran conductor del sonido, así que en cuanto el feto desarrolla su sentido auditivo, es esa voz la que lo acompaña día a día.
- Un bebé no entiende el vocabulario, todos lo sabemos, pero tal y como hemos señalado al inicio sí comprende la intención y esa semántica contenida en cada frase.
- De ahí que te atienda, que se ría o que de vez en cuando se asuste cuando en ocasiones, subimos la voz más de la cuenta.
"Las madres maravillosas y los padres excepcionales son aquellos que educan con afecto y dejan huellas de amor en el cerebro de sus hijos"
La comunicación con un bebé debe reforzarse con gestos y un tono de voz adecuado. De este modo, consolidamos el lenguaje verbal con el no verbal y actuamos a su vez, como favorecedores de emociones positivas.
- No olvides nunca sonreír mientras le hablas, buscando siempre su mirada.
- Cuando le hables a tu bebé, recuerda también establecer pequeños tiempos de respuesta. Espera a que él reaccione, aguarda a que emita algún sonido, a que abra más sus ojos, emita un pequeño chillido o te sonría. De este modo asentamos también las pautas de los turnos de palabra.
Otro dato interesante que no podemos olvidar es comprender el propio proceso comunicativo de nuestros hijos. Un bebé también hace gestos, muecas y emite sonidos. Una forma de reforzar el lenguaje es imitando nosotros sus gestos y sus sonidos, de esta forma, les hacemos ver que los entendemos, que cada cosa que hacen y dicen es importante y valorada.
El modo en que un adulto habla con un bebé se llama “babytalk”. Esta palabra inglesa define al fin y al cabo algo que la mayoría de padres y madres ponen en práctica cada día.
- Ningún adulto le habla a un bebé del mismo modo que se dirigiría a otro adulto. Nuestro cerebro, de hecho, sabe cómo interaccionar con un niño pequeño para estimular el proceso comunicativo.
- No podemos olvidar que el lenguaje es esa impronta genética que nos distingue del resto de primates y por tanto, estamos preparados para conseguir que nuestros hijos se inicien de forma temprana en esta capacidad.
- Les hablamos con voz aguda para captar su atención.
- También nosotros hacemos sonidos que estimulan en ellos sensaciones nuevas: risas, carcajadas, gorjeos.
- A su vez, nadie nos ha enseñado a hacerlo, pero instintivamente decimos cosas como “ea, ea, ea…” Verbalizaciones carentes de significante pero sí de significado: proporcionar calma a un bebé.
Así pues, recuerda, todas esas primeras palabras dejarán huella en el cerebro e iniciarán el camino para el dominio de un idioma, y para entender el mundo a través de una voz cálida que le demuestra siempre y en cada momento, un afecto infinito.
Fuente: Hoy Aprendí
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