La Dama De Noche









La dama de noche

La flor más tímida







El comportamiento de las plantas es absolutamente sorprendente. Para corroborarlo, no hay más que fijarse en las plantas carnívoras o en cómo persiguen los girasoles al sol. Al contrario que estos, te presentamos a la Dama de Noche, un arbusto mediano que durante los calurosos días del verano permanece cerrada, esperando a la noche para florecer y destilar una de las fragancias más exquisitas.


Si eres de los apasionados que disfrutan su jardín con las plantas olorosas, este Galán te maravillará con su perfume, compitiendo incluso con otros tan aromáticos como azahares, jazmines, arrayanes o magnolias.

La Dama de Noche es un arbusto ramificado, conocido también como Zorrillo, Cestro o Cestrum Nocturnum.



Su tamaño oscila entre 1,5 y 4 m. y tiene un origen un tanto disputado. Mientras algunos se lo atribuyen a las regiones tropicales de América, donde conviven doscientas clases de su misma especie, las solanáceas; otros, cautivados sin duda por su olor embriagador, reivindican su hábitat en las zonas de India occidental y Malasia. Si no la tienes todavía, tendrás que hacer un hueco de excepción en tu jardín a una de estas plantas para comprender por qué hay tanta controversia.








Una planta con insomnio



Porque si algo caracteriza, además de su aroma, a la Dama de Noche, es su floración nocturna. Tendremos especial cuidado en alternarla en zonas de abundante sol y sombra, pues una larga exposición al sol podría quemarla y una estancia excesiva en la sombra restaría vigor al crecimiento de las flores. Para reservar energías, durante el día esta solanácea permanece cerrada, ajena al calor, esperando a la noche para desplegar sus encantos. Sus flores son muy numerosas, pequeñas y de forma tubular; y su color varía del blanco al amarillo verdoso según la especie. No subestimes su tamaño, pues su poder aromático es muy grande.



El único inconveniente que tiene la Dama es que florece tan sólo en los meses de verano y los finales de la primavera, si bien guarda la mayoría de sus hojas durante todo el año, pues es perennifolia. Éstas son simples y alternas, uniformes, de color verde claro y de forma más o menos lanceolada. Algunas pueden amarillearse o perderse, sobre todo en invierno; es normal. Sí debemos prestar más atención al clima, ya que una helada podría perderla para siempre.







Cuidados para la Dama


En cuanto al suelo, los tolera casi todos, quizá algo mejor los que tienen un ph ligeramente más ácido. Otro detalle que tendremos que tener en cuenta es que hay que plantarla siempre un suelo bien drenado. La Dama de Noche, por lo general, necesita agua una vez cada dos días, y solamente podrá regarse más veces si el verano es demasiado árido. Un exceso de riego podría atenuar el brillo de sus hojas.


Al ser una planta de una sola estación, es conveniente que en su cuidado añadamos un extra de nutrientes, tanto para la tierra como para la floración. Los más aconsejados son los abonos líquidos: mientras que los tradicionales pueden retrasar su efecto, los acuosos actúan más rápido. Eso sí, cuando comiencen a aparecer las primeras flores (generalmente a mediados/finales del mes de mayo) procederemos a una poda generosa que asegure su esplendor hasta el final del verano.


A pesar de ser la reina de la noche, esta planta no requiere cuidados excesivos. Aunque si queremos mimarla más y hacer que sus hojas crezcan con más vigor, el uso de fertilizantes ricos en hierro favorecerá el reverdecimiento, dándole un aspecto más saludable que, sin duda, agradecerá.







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