LA ANSIEDAD EN REALIDAD ES NUESTRO YO VERDADERO LLAMÁNDONOS A GRITOS
Esta sociedad apremia al fuerte, al que menos muestra sus sentimientos, y dignificamos las empresas que nos deleitan cada mañana con frases de energía positiva.
La ansiedad, cuando se sufre (porque se sufre, no se pasa), es molesta, irrita, cansa, duele, paraliza, da miedo, incluso en algunos casos, condiciona tu vida. Todo esto pasa porque cuando la ansiedad viene a vernos, le cerramos la puerta.
Cuando la ansiedad llama a tu puerta debes abrirle la puerta, ofrecerle una infusión y escucharla, respira hondo, relájate. Créeme, si viene a verte, no es para molestarte, es para ayudarte. Para que vuelvas a conectarte contigo mismo y lo que realmente quieres y te hace feliz.
El día que empieces a escucharla y a actuar en consecuencia, dejará de venirte a visitar.
Y tú, ¿cuánto hace que no te escuchas?
Fuente: Utopico
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