Cheflera
Nombre científico: Schefflera Arboricola
Origen: sudeste de Asia
Ubicación: rincón luminoso y espacioso
Luz: muy luminoso, algo de sol directo
Temperatura ideal: 16 - 21 ºC
Temperatura mínima: 3 - 5 ºC
Riego: pc. moderado; pd. dejar secar capa superficial entre riegos
Fertilización: pc. cada 3 semanas, pd. cada 2 meses
Descripción
El cultivo de la cheflera es muy sencillo y se aconseja girar la planta regularmente para conseguir un efecto homogéneo del follaje. Esta planta originaria de Australia es muy común como planta de interior. Posee un porte erguido que puede alcanzar con facilidad los dos o tres metros de altura, dependiendo del espacio que tenga. Posee hojas compuestas divididas en foliolos generalmente de color verde, pero dependiendo de las múltiples variedades existentes, aparecen con mayor o menor presencia dibujos en tonos crema-amarillentos.
La cheflera es una planta de interior de gran porte, por lo que se le debe destinar un rincón en el hogar espacioso y luminoso. Su cultivo es muy sencillo y se aconseja girar la planta regularmente para conseguir un efecto homogéneo del follaje. También se le conoce como "árbol paraguas enano".
Cuidados de la cheflera
La cheflera es exigente con la luz y las variedades con mayor intensidad de matices cremosos aún exigen más luz. Cultivada en un entorno poco luminoso la cheflera perderá las hojas inferiores adquiriendo un aspecto poco decorativo. Si el sol incide excesivamente sobre el follaje, éste puede llegar a perder el tono verde oscuro de las hojas, adquiriendo un verde amarillento propio de un exceso de exposición al sol.
En cuanto a los riegos, serán generosos pero es importante dejar secar la tierra antes de volver a regar. Un exceso de agua, además de podredumbres de tallo, puede derivar en un amarilleamiento de las hojas y posterior caída. La cheflera no exige ser pulverizada, aunque lo agradece, y tolera temperaturas frías rondando los 5º C en invierno.
La cheflera es exigente con la luz y las variedades con mayor intensidad de matices cremosos aún exigen más luz. Cultivada en un entorno poco luminoso la cheflera perderá las hojas inferiores adquiriendo un aspecto poco decorativo. Si el sol incide excesivamente sobre el follaje, éste puede llegar a perder el tono verde oscuro de las hojas, adquiriendo un verde amarillento propio de un exceso de exposición al sol.
En cuanto a los riegos, serán generosos pero es importante dejar secar la tierra antes de volver a regar. Un exceso de agua, además de podredumbres de tallo, puede derivar en un amarilleamiento de las hojas y posterior caída. La cheflera no exige ser pulverizada, aunque lo agradece, y tolera temperaturas frías rondando los 5º C en invierno.
Consejos
Si nuestra cheflera está contenta, crecerá de 30 a 40 centímetros al año. Con el paso del tiempo suele ocurrir que las partes inferiores pierdan las hojas y el exceso de altura hace que la planta comience a arquearse. Si esto ocurre, al inicio de la primavera se poda severamente, incluso a mitad de su volumen total. Del punto donde hayamos realizado la poda surgirán nuevos brotes que aseguran el porte compacto y la densidad del follaje deseados.
La cheflera no exige ser pulverizada, aunque lo agradece
Fuente: hogarmania
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