Philodendron Cobra





Philodendron "Cobra"

Nombre común: Filodendron cobra



La familia de las Aráceas reúne al género de los Philodendrons, cuya mayoría de especies son trepadoras y, en su estado salvaje, es decir, en los bosques tropicales, se adhieren a los árboles con sus raíces aéreas que surgen de los nudos.

Estas raíces las generan cuando los ejemplares son adultos y son las que les permiten recoger la humedad ambiental, en ningún caso hay que suprimir sino que hay que orientarlas hacia el sustrato.

Son un grupo tremendamente amplio, aunque no se conoce el número exacto.

Esto se explica porque el dimorfismo entre el estado juvenil y la planta adulta es tan considerable que a menudo se clasifican como plantas distintas, cuando de hecho, son la misma planta en distintos estados de su desarrollo.

A esto hay que añadir las nuevas variedades que van apareciendo en el mercado, como sucede con la Philodendron "Cobra".

Con esta planta se ha conseguido una planta robusta, de evidente poder decorativo, y con un tamaño mucho más modesto y compacto que la mayoría de plantas que componen el género.

Esto la hace admirable para embellecer rincones de interior poco espaciosos.

Esta variedad presenta lustrosas y sólidas hojas lanceoladas, de color verde oscuro salpicadas más o menos de manchas de tonalidad cremosa.

Si se adquiere este Filodendron con un tamaño reducido, hay que valorar si se desea exhibir al ejemplar con sus tallos suspendidos gracias a la colaboración de una maceta colgante, o bien que trepe sobre un soporte de musgo sobre el que adherirá sus raíces aéreas manteniendo ceñidos los tallos en apariencia columnar.

Las exiguas exigencias de su cultivo no discrepan de las del resto del grupo, esto es: una buena iluminación sin sol directo y una proporcionada humedad ambiental.

Otros quehaceres como la limpieza de las hojas de manera regular y guiar las raíces aéreas hacia el sustrato provocará un crecimiento imponente.

Cada dos semanas se puede añadir un poco de fertilizante líquido al agua de riego, desde mediados del otoño hay que observar un periodo de descanso hasta la llegada de la primavera que hay que comenzar de nuevo con el abonado.

En algunas ocasiones sigue produciendo hojas durante el invierno si las temperaturas son cálidas, entonces puede abonarse una vez al mes.




La cochinilla algodonosa es una de las pocas plagas que la pueden atacar, inspeccionar la planta de vez en cuando ayudará a atajarla a tiempo, eliminando las que se pueda con agua jabonosa y usando un insecticida apropiado.

La mejor época para reproducirla es una vez comenzada la primavera, aunque puede hacerse prácticamente todo el año.

Se toman esquejes cortando justo por debajo de un nudo e introduciéndolos en el sustrato que se ha de mantener ligeramente húmedo.

Si los cortes se tratan con hormonas de enraizar se acelera el proceso.





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