El Abeto






El abeto

El abeto

Abies es un género de árboles de la familia de las pináceas, dentro de las coníferas. El género comprende 55 especies conocidas como abetos, de las cuales pueden considerarse como primarias y las 22 restantes como secundarias o tal vez subespecies de las anteriores. Crecen principalmente en bosques de coníferas de Asia central y oriental, centro y sur de Europa y Norteamérica. Su altura varía de 10 a 80 m. El pinsapo es una especie de abeto, perteneciente a la familia Pinaceae y de distribución restringida a sierras mediterráneas del sur de la península ibérica y el Rif. Fue descrito para la ciencia por el botánico suizo Pierre Edmond Boissier, en su obra Voyage botanique dans le Midi de l´Espagne (Viaje botánico por el sur de España), 1838.


El abeto

Los abetos se distinguen de otros miembros de la familia de los pinos por sus hojas en forma de aguja que están unidas a la rama por un pie que recuerda a una pequeña ventosa y por sus frutos: conos cilíndricos de entre 5 y 25 cm de largo, compactos, con escamas o brácteas, que se yerguen erectos sobre las ramas, agrupados cerca de la parte superior. Al madurar, estos conos no se desprenden del abeto como las piñas de los pinos, sino que en este caso se descomponen liberando los piñones. La identificación de las especies se basa en el tamaño y disposición de las hojas, el tamaño y forma de los conos y en si las brácteas de los mismos son largas y extendidas o cortas y escondidas dentro del cono. Están estrechamente emparentados con los cedros. El abies es un árbol de hasta 30 m, de porte elegante que, en algunos ejemplares viejos se torna retorcido o dividido en varios brazos. Se caracteriza por una corteza fina, gris claro, con grietas oscuras de poca profundidad. Hojas gruesas, de sección subcuadrangular, de color verde oscuro y con bandas estomáticas blancas apreciables en ambas caras. Tienden a disponerse de forma helicoidal sobre las ramillas. Conos masculinos en la periferia de la copa, de color rojo púrpura, excepcionalmente amarillos. Piñas grandes, erguidas, situadas en la parte superior de la copa. La piña madura es lisa (la escama tectríz inclusa queda oculta oculta en el estróbilo por las escamas seminíferas) a diferencia de la piña de A. alba en que las escamas tectrices sobresalen como un pequeño filamento entre las escamas seminíferas. Cuando maduran se deshacen para liberar los piñones, dejando caer al suelo unas piezas con dos escamas pegadas (tectríz, y seminífera).

El abeto


Diferentes tipos de abetos empiezan a producir semillas a diferentes edades. El abeto blanco, por ejemplo, comienza a los cuatro años de edad y el abeto negro a los 10 años, pero la mayoría de las especies de abeto no producen semillas en cualquier cantidad significativa hasta los 30 años de edad. Los abetos generalmente producen conos semiresinosos que dispersan las semillas en un período de varios años, generalmente liberando hasta un 50% de las semillas en el primer año y otro 35% en los cuatro siguientes. Algunos abetos, como el abeto blanco, dependen del viento para dispersar las semillas y la mayoría caen dentro de 100 yardas (91 metros) del árbol origen.

El abeto


El hábitat natural de esta especie se localiza en bosques de coníferas de Asia central y oriental, centro y sur de Europa y Norteamérica. Al sur de la península ibérica y en el Rif marroquí. En España las principales poblaciones aparecen en varios puntos de las Sierras de Málaga y Cádiz, en el extremo occidental de la cordillera Bética. La mayor parte de los pinsapares andaluces se encuentran en áreas protegidas: Parque Natural de la Sierra de las Nieves y Paraje Natural de los Reales de Sierra Bermeja, en la provincia de Málaga, y Parque Natural Sierra de Grazalema en la provincia de Cádiz. Algunos autores consideran que los abetos marroquíes que aparecen en el Parque Nacional de Talassemtane pertenecen a dos especies diferentes, A. maroccana (echnouch, snuber o abeto del Rif) y el abeto de Tazaot (A. tazaotana) de distribución más restringida. Otros autores los consideran subespecies o variedades de A. pinsapo.

El abeto

Los pinsapares tienen un elevado valor paisajístico y científico. A pesar de la protección de que gozan estos bosques y de las repoblaciones, aún son muchas las amenazas que se ciernen sobre ellos: incendios provocados, proyectos urbanísticos, erosión, falta de regeneración por sobrepastoreo, exceso de visitantes incontrolados, etc. La mayor amenaza en la península ibérica son los incendios. Plagas y enfermedades pueden afectar a los pinsapares, especialmente en años de sequía en que los árboles sufren estrés, como ocurrió durante los años 1990 y se observó una mayor mortalidad asociada a la sequía por debajo de los 1100 m. En las poblaciones marroquíes de nuevo es el fuego la mayor amenaza aunque también lo son la deforestación y degradación del hábitat asociadas al cultivo de cannabis en las zonas cercanas.

El abeto


Los bosques peninsulares de esta especie se encuentran entre 900-1700 msnm Son formaciones puras o mezcladas en menor medida con quejigos (Quercus faginea), arces (Acer monspessulanum y Acer opalus subsp. granatense) o pinos (Pinus halepensis y P. pinaster). El pinsapo requiere unas condiciones de temperatura no muy extremas, con veranos frescos e inviernos fríos, con elevadas precipitaciones en primavera y nieblas frecuentes en otoño y primavera, y una cierta humedad estival, pudiéndose clasificar este clima como submediterráneo de montaña húmedo. Los pinsapares se desarrollan con todo su esplendor en las zonas de umbría, no faltando en solanas, aunque en este caso son bosques más claros. Esta especie es indiferente al sustrato, creciendo tanto en suelos calizos como de peridotitas.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario