El Ficus (El Arbol De Goma)
El ficus
El árbol de la goma
El ficus es un arbusto o árbol perenne de hojas coriáceas que, en el caso de algunas especies, puede ser trepador.
Por lo general, es una variedad que se adapta perfectamente como planta de interior. Puede alcanzar una altura de hasta 30 m, aunque estos casos se han dado sobre todo en su lugar de origen, el Extremo Oriente. Sin embargo, en nuestros interiores puede llegar a medir hasta 4 metros.
Existen alrededor de dos mil especies de este género, el ficus, que crecen silvestres en las regiones tropicales de Asia.
Esta planta, conocida también con el nombre de árboles de la goma, se reproduce a través de acodos a principio del verano.
Se encuentra altamente extendida en jardinería interior, incluso en edificios de oficinas y centros comerciales.
Los arbustos plantan sus verdes biambas en la rectilínea perspectiva de los grandes despachos y, además, acrecientan la intimidad de la sala dando vida a los descansos de las escaleras, pasillos y recibidores.
Tipos de Ficus
El Ficus Benjamina es uno de los arbustos más bellos y por eso es un gran elemento decorativo. Sus ramas son colgantes y sus hojas, que tienen de 6 a10 centímetros de largo, poseen una forma oval-lancetada con punta alargada.
Algo más pequeñas son las hojas del Ficus Deltoides, o Diversifolia, como también se conoce. Lo más característico de este tipo de ficus son las frutillas que ofrece, que tienen un color verde amarillento y un tamaño que no supera el centímetro. Esta especie procede de las Azores y alcanza una altura máxima de 50 cm.
También nos encontramos con el Ficus Elastica. Sus hojas llegan a medir 40 cm, su color es verde brillante y su forma es elíptica en la punta. Cuando nacen las hojas nuevas, están envueltas por hojas bracteales, generalmente de color rojo, que caen enseguida.
Pertenecientes a esta especie predominan en el mercado las siguientes formas de jardín: Lecora, que se caracteriza por sus grandiosas hojas verdioscuras y brácteas pintojas; Variegata, de hojas con manchas blancas, amarillentas o incluso grises.
El Ficus de Caja de Violín, o Ficus Lyrata o Pandurata, tiene las hojas más largas todavía que el Ficus Elastica. Éstas llegan a alcanzar los 50 cm. y son verdioscuras con nerviaciones de un color más claro. Se le dio este nombre porque su diseño recordaba al del cuerpo de un violín. Esta planta se caracteriza porque crece hacia arriba y hacia los lados.
La especie Ficus Pumilla, Repens o Stipulata, logra alcanzar los 4 m. de altura y trepa afanosa por los espaldares que dividen interiores. Sus fuertes raíces adventicias también le permiten subir por tapias y paredes de cemento y prestarse además como especie de planta colgante. Sus hojas verdiblanacas se caracterizan por ser estrechas, reniformes y abombadas.
En las habitaciones frías es ideal la especie Ficus Rubiginosa, o Australis, cuyas hojas, que miden aproximadamente unos 10 cm, están provistas de un vello color óxido en el envés. El haz, coriáceo, es verde oscuro.
Cuidados y reproducción
La Ficus Benjamina es una especie que necesita calor, incluso en invierno, ya que la temperatura no deberá ser inferior en ningún caso de 18 ºC. Aún así, en el verano es conveniente protegerla del sol y regarla muy a menudo. Si la temperatura es alta y el ambiente es seco es necesario rociar las hojas para evitar que se sequen. Dos veces por semana, excepto en invierno, es necesario ponerle fertilizante para plantas de interior.
El Ficus Elastica no soporta bien el agua fría, por eso es conveniente usar agua tibia para regar y rociar. También es bastante sensible a las corrientes de aire y sus hojas abigarradas agradecerán que se las coloque en un lugar lo más claro posible. Esta especie aguanta mejor el frío que la anterior, pero tampoco podrá estar en lugares que bajen de los 10 ºC en invierno. Durante su crecimiento es bueno que se le apliquen buenas dosis de fertilizante disuelto, pero no es una planta que necesite especialmente grandes cantidades de agua.
El Ficus de Caja de Violín es menos delicado que los anteriores y puede vivir en cualquier habitación donde la calefacción no rebase los límites normales, aunque lo que más le conviene a esta especie es estar expuesta a un aire húmedo, por eso se recomienda rociarla a menudo, y también estar en un sitio claro, pero nunca soleado. Las plantas que ya sean algo viejas necesitan cada par de semanas un poco de abono, ahora bien nunca se deben abonar en invierno.
La especie trepadora Ficus Pumila soporta bastante sol que no sea el del mediodía y los lugares oscuros. En verano es necesario regar muy a menudo y también es conveniente que una vez a la semana, más o menos, se dé una ducha tibia y se abone. En invierno, sin embargo, lo mejor es no suministrar demasiada agua y, por supuesto, no abonarla. Ahora bien, es muy beneficioso dar de manera ocasional duchas tibias.
Todas las especies de Ficus se dan o bien en una tierra arcillosa y rica en nutrientes, que puede estar mezclada con estiércol de vaca y tierra vegetal o arena, o bien en tierra para flores, tal como se vende mezclada para su utilización en los establecimientos especializados.
Sus principales enemigos
Los insectos que más perjudican a este tipo de plantas son las cochinillas y las arañas rojas.
Las temperaturas bajas, los cambios bruscos y las fuertes corrientes de aire pueden producir enfermedades en sus hojas que se manifestarán en forma de manchas. El exceso de frío o de humedad producen, por ejemplo, en los bordes de las hojas inferiores manchas de color amarillo.
Su reproducción es bastante difícil. Hay que empezar por poner en primavera, dentro de una botella de agua situada ante una ventana, un vástago o un esqueje hasta que salgan las raíces.
El acodo también puede ponerse en una mezcla de broza de turba y arena en una bandeja que se coloque sobre un radiador de calefacción hasta que broten las raíces. En estos casos es necesario que se ponga encima de la bandeja una cubierta de plástico
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