Cuidados de la Clivia
Estamos en verano y hace poco, en primavera pudimos disfrutar de las flores de la hermosa Clivia. Es una planta que surge a partir de un bulbo y que se suele utilizar en patios o en portales. Es una planta que no requiere grandes cuidados pero que que si se le da lo que necesita, podremos disfrutar de sus bonitas flores.
Las flores de la Clivia son de color anaranjado (aunque también hay la variedad amarilla y roja) en forma de campana y que en ellas podemos encontrar en ellas alguna semilla. Sin embargo, las semillas no son el método más fiable para obtener esta planta, sino que se hacen separaciones de hijuelos en el bulbo de la planta.
La Clivia no soporta altas temperaturas, pero tampoco las heladas. Es bueno situarla en lugares bien ventilados, en invierno incluso se debe ubicar en un lugar fresco y se debe mantener en reposo, regándola muy pocas veces. Si realizamos esto, en primavera veremos las flores, en caso contrario, esto puede no suceder.
En primavera y verano tampoco es necesario un riego excesivo, pues podemos causar que el bulbo pudra. Con regarla cada quince días es suficiente.
Además, como ya he dicho, es ideal para portales o patios, por lo que las necesidades lumínicas son escasas, ya que si se pone a luz directa del sol, este puede quemas las hojas de la planta.
Las hojas son alargadas, de color verde oscuro y no tienen tallo, surgen directamente de la raíz.
Se dice que las hojas y el bulbo son tóxicos, por lo que hay que tener cuidado de que ni niños ni animales, introduzcan en la boca estas partes de la planta. Sin embargo, es una bonita planta para tener en casa.
Cada tres o cuatro años se debe trasplantar a macetas más grandes, pues sus raíces necesitan espacio.
Fuente: Jardinería ON
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