La acacia, un árbol ornamental
Te presentamos la acacia, un árbol muy decorativo
Existen numerosas variedades de este árbol leguminoso y de hoja perenne, que se caracteriza por su frondosidad, su espectacular colorido y las espinas que recubren sus ramas.
Precisamente por las espinas recibe el nombre de acacia: del griego procede la palabra 'akis', que significa punta.
Características
Las especies con estas puntas proceden de África, habituales en terrenos secos y áridos. En cambio, la variedad 'saligna', llamada así por su parecido al sauce, es originaria de Australia y suele carecer de espinas.
Suele rebasar los 3 metros de altura hasta los 8 como máximo, aunque otras especies de acacias (también llamadas mimosas o Acaia dealbata) pueden llegar hasta los 30 metros de alto.
Sus hojas lanceoladas son de color verde claro y pueden ser de hasta 25 cm. de longitud. Suelen estrecharse en la base y en la punta, con un nervio central muy marcado.
En las ramas se generan racimos muy profusos de globos de amarillo intenso que ofrecen bellos cuadros paisajísticos.
Esta planta pertenece a la familia de las leguminosas porque producen legumbres lineares, de hasta 15 cm. de longitud, rectas o ligeramente curvadas. Las legumbres suelen estar muy constreñidas entre las semillas.
Multiplicación y cultivo
Para cultivar este árbol no hay más que utilizar sus semillas, aunque también podemos transplantar plantones de viveros.
Podemos cultivar una acacia tanto en hileras como un solo ejemplar aislado.
No requiere un clima o un suelo específico, a pesar de proceder de lugares semidesérticos. En cualquier caso, no suele tolerar sequías muy severas. Las zonas de costa son las más pobladas de acacias debido a que resiste muy bien los vientos salinos.
Mucho menos dura es su madera, que es quebradiza y frágil, a pesar de producir buena leña.
Como otras especies de acacias, lo mejor es podar el árbol para descargar el peso de su copa, mucho más si vivimos en lugares con mucho viento.
Los suelos arenosos bien drenados son los favoritos de la acacia, pero también crece en buenas condiciones en lugares pantanosos, suelos graníticos y laderas. Se adapta a suelos salinos, poco ácidos y pobres en nitrógeno y fósforo.
Las flores de la acacia eclosionan entre marzo y abril. Suelen ofrecer imágenes espectaculares a los jardines, sobre todo las acacias salignas, que producen ramas llenas de flores amarillas que caen a modo de cascada.
Se utiliza mucho por su capacidad para proporcionar buena sombra y cobertura del suelo. El forraje que produce también es muy apreciado.
Fuente: plantas/facilisimo
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