Tristeza O Depresión?






¿Tristeza o Depresión?

Estar triste no es estar depresivo, a veces estos términos se confunden en el lenguaje común pero vamos a intentar ayudaros a discernir las diferencias entre ambas porque es una cuestión fundamental para la salud psíquica.






A veces la tristeza puede resultarnos tan intensa y agónica que no sabemos si estamos pasando un mal momento o nuestro sistema emocional no ha podido más y ha terminado derrumbándose, dando lugar a una depresión.


En este artículo queremos diferenciar entre este sentimiento y los síntomas de depresión, que pueden estar íntimamente relacionados en multitud de ocasiones pero manteniendo esta certeza presente, el hecho de estar triste no implica sufrir una depresión.



Estoy triste ¿Qué es la tristeza?

A pesar de que la mayoría de los seres humanos procuran evitar la tristeza constantemente, éste es un estado emocional de lo más normal y natural que puede sentirse en muchos momentos a lo largo de la vida.






Parece ser que la tristeza se ha convertido en una emoción intolerable, tanto para el que la sufre como para los de su alrededor. En seguida uno se plantea o le plantean que no puede estar triste, que es necesario que acuda a un profesional sanitario para que le prescriban algún medicamento o acudir a terapia pero ¿estamos hablando de una tristeza sana o una tristeza patológica?


En la actualidad, parece que no hay diferencia entre ambas pues estamos en una sociedad que exige que la felicidad sea una constante permanente en el día a día, cuando la realidad es que un individuo no puede estar en una estado de excitación perpetuo.

Por tanto, tenemos que recordarnos que la tristeza es una experiencia universal que afecta a todas las personas y que es una emoción más de la vida normal. Normal. Es decir, es normal que haya días en los que uno se pueda encontrar un poco triste, que haya momentos en los que se pueda encontrar de bajón y no implica que uno esté sufriendo una depresión.



Tristeza sana y tristeza patológica: Diferencias

Todas las emociones son necesarias para el ser humano y cada una de ellas cumple una función determinada. Podemos encontrarnos con personas que contienen y evitan ponerle nombre a las emociones que sienten, que las reprimen todo lo posible, pero eso no evita que las estén sintiendo ni que en algún momento tengan que usar las palabras para poder liberarlas.






En este caso, la tristeza es una de las emociones peor vistas desde la antigüedad, incluso se la llegó a considerar como un pecado capital. Dicho esto, no podemos negar que hay una tristeza que es inherente al ser humano y que cumple una función adaptativa.


Por ello, tenemos que diferenciar entre una tristeza sana y adaptativa, que es una respuesta normal ante las decepciones o las pérdidas. Citando al catedrático en psicología Antonio Cano “La tristeza es una emoción adaptativa. Si no fuera necesaria, ya la habríamos perdido en el curso de la evolución humana. Es como el miedo. Sirve para elaborar pérdidas o una ruptura con nuestros objetivos, pero, al mismo tiempo nos hace replantear el futuro. Es un bajón, pero nos hace ver las cosas de otra manera”.

Uno puede tener un día triste o una semana un poco más bajita emocionalmente y no estar cayendo en un cuadro depresivo, sino que tiene que hacer frente a algo que le ha afectado emocionalmente.

Socialmente, la tristeza también está considerada como una petición de ayuda a los demás y normalmente se suele recibir una mayor atención, pues los demás empatizan con su estado emocional y dan una respuesta de cuidado. Aunque, actualmente, parece que -como antes mencionábamos- parece que resulta también una emoción intolerable para la sociedad.



Aún así, también podemos pensar que la tristeza es una invitación a reflexionar sobre qué es lo que a uno le está ocurriendo y por qué está triste.

La tristeza patológica haría referencia a cuadros depresivos o incluso melancólicos (clínicamente, no es lo mismo la depresión que la melancolía), donde ya se ponen en juego otro tipo de síntomas que veremos más adelante.






La tristeza ligada a la creatividad

Muchos artistas han encontrado en la tristeza su más profunda inspiración, con la que se llega a lo más hondo del alma y, es en ella con la que han escrito los poemas más hermosos, canciones o incluso se han pintado maravillosas obras de arte que han nacido como un medio de expresar este sentimiento tan intenso.

Hay estudios que muestran cómo la creatividad está ligada a la agudeza mental o la creatividad. En artículos posteriores abordaremos este punto ¡veréis que sorpresa!

Por lo tanto, no debemos de temer la tristeza ya que es una reacción emocional natural en el ser humano pero sí, a modo de recomendación personal, a veces es mejor aprender a “torear” la tristeza y dejarla pasar para no embargarse, ni hundirse ni regodearse en todos los sentimientos que genera.




Estoy triste ¿Será depresión?






Antes de comenzar a describir la depresión y que podamos profundizar un poco en la materia, permitidme compartir una reflexión que lo diferencia de la tristeza pero desde la actitud del paciente o del que la sufre.

De alguna manera, en la actualidad, parece que uno puede sentirse triste pero normalmente entiende la trsiteza como algo propio, sabe por qué puede producirse esa tristeza o por qué se encuentra un poco más bajo de ánimo. Sin embargo, parece que la depresión se ve como algo que no tiene que ver con uno mismo, “he cogido una depresión” o todo se justifica porque “tengo depresión“, como el que tiene un resfriado y siente la imposibilidad de evitar los estornudos.

Es importante pararse a reflexionar sobre ello porque en la depresión, el poner una etiqueta a lo que le ocurre al paciente, parece que le da significado a todo lo que siente y eso le impide poder subjetivarse y preguntarse qué tiene que ver esa depresión con él y por qué la sufre.




¿Qué es la depresión?

Hay muchas formas de definir y entender la depresión, en función de la orientación psicológica que se siga, por ejemplo:

  • Desde el psicoanálisis se entiende como una dificultad del deseo, entendiendo el deseo como el motor de la vida, la fuerza y la ilusión, la búsqueda de satisfacción o insatisfacción. Cuando a uno le falta algo, el deseo de conseguirlo hace que se mueva a por ello. Por eso, cuando uno tiene una dificultad con el deseo se vuelve apático, sin ganas de nada ni de nadie.
  • Desde el DSM (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se entiende como un trastorno del estado de ánimo que puede clasificarse de múltiples maneras según la sintomatología que presente el paciente: Trastorno depresivo mayor episodio único, Trastorno depresivo mayor recidivante, Trastorno distímico, Trastorno depresivo no especificado.

A muchos os puede sonar a un idioma extranjero pero, lo que vienen a decir todas esas etiquetas, es que el tiempo de duración de la depresión (semanas o meses), puede ser un episodio o ser una depresión crónica, pueden ser diferentes las causas que la originen y los síntomas que aparezcan.



Las personas que están pasando por un episodio depresivo pueden necesitar ayuda tanto psicológica como psiquiátrica para poder volver a disfrutar de su vida, tanto en un aspecto personal como laboral.

Para no repetir información, vamos a centrarnos únicamente en las diferencias entre tristeza y depresión pero, si no habéis leído nuestros artículos previos o queréis refrescar la memoria, aquí podéis leer más acerca de la depresión:




DEPRESIÓN: CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO


Principales diferencias entre tristeza y depresión






La gran diferencia que hay entre la tristeza y la depresión es que ésta primera suele ser una emoción momentánea, pasajera, que puede durar desde un breve instante a unos días, pero siempre es algo pasajero. En el caso de la depresión, puede durar unos quince días a una depresión prolongada en el tiempo.

Un aspecto fundamental para entender la diferencia, desde mi punto de vista, es que en la depresión la persona no se siente con fuerzas para hacerle frente a su vida, esa persona no vive sino que sobrevive al momento, está hundida y desesperada, no puede ver más allá de la oscuridad que la ha sumido mientras que la tristeza podríamos decir que es una ligera bruma que con un poco de viento desaparece. Una persona que está triste es un pequeño instante en su vida, puede sentirse decaído pero no es lo mismo que sentir que está en lo más profundo de un pozo lleno de oscuridad.

La tristeza es una emoción normal, la depresión es una tristeza patológica. Cuando uno está deprimido se puede encontrar triste pero también acompañado de otros síntomas que son los que diagnostican la depresión como: pérdida de peso, insomnio, fatiga, problemas de concentración, ideas autolíticas, apatía, entre otros.



Estos síntomas no son debidos a los efectos de haber consumido una sustancia como un medicamento o drogas o por otra enfermedad médica. En caso de duelo o pérdida de un ser querido, el trastorno depresivo puede estar en juego si los síntomas duran más de dos meses o se da un notable deterioro funcional, ideas suicidas, enlentecimiento psicomotor síntomas psicóticos.

Otra de las grandes diferencias entre la tristeza y la depresión es que ésta última avasalla en todos los ámbitos de la vida y uno no puede rendir ni disfrutar como siempre, ni si quiera en las cosas que más le gusta.

Si crees que tú o alguien cercano sufre una depresión acude al medico existen pruebas de detección que pueden ayudarte a buscar tratamiento para tu problema. ¿Necesitas más razones para acudir al psicólogo?




Depresión y tristeza: Consejos

En este vídeo vais a encontrar más información sobre la diferencia entre estos dos estados emocionales que muchas veces se confunden y algunos consejos que os pueden resultar útiles, aunque estén centrados en un período como la navidad:











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