Terrarios Para Plantas:
Cómo Armar Un Jardín Miniatura En Casa
Los terrarios para plantas son pequeños jardines o invernaderos montados en el interior de distintas clases de recipientes y que constituyen una interesante alternativa para los amantes de la naturaleza que viven en departamentos o casas sin superficies con tierra. No sólo ofrecen la ventaja de reproducir ecosistemas a escala sin ocupar mucho espacio, sino que además su construcción no demanda demasiada inversión, gracias a que se puede elegir entre una gran variedad de tamaños y materiales para su montaje.
Los terrarios para plantas son pequeños jardines o invernaderos montados en el interior de distintas clases de recipientes y que constituyen una interesante alternativa para los amantes de la naturaleza que viven en departamentos o casas sin superficies con tierra. No sólo ofrecen la ventaja de reproducir ecosistemas a escala sin ocupar mucho espacio, sino que además su construcción no demanda demasiada inversión, gracias a que se puede elegir entre una gran variedad de tamaños y materiales para su montaje.
Sin embargo, la idea es mostrar la manera económica y sencilla de montar un terrario, a partir de materiales de fácil obtención que no requieran mucho tiempo y trabajo para el armado de un jardín en miniatura. De allí que lo primero que se puede buscar es un envase de vidrio o plástico transparente (pequeñas peceras, botellas, frascos de conservas, jarrones, etc.), siendo recomendables aquellos que poseen boca ancha y permitan la entrada de la mano para poder trabajar en la colocación y distribución de los distintos componentes del terrario
Cuando el recipiente está completamente limpio y seco, se colocan de 1 a 3 cm de piedras o gravilla en la base para que el agua drene correctamente. Como en la mayoría de los casos los envases utilizados no tienen agujeros de drenaje, se recomienda mezclar las piedras con fragmentos de carboncillo (se compra en viveros o tiendas de mascotas) para evitar que el exceso de humedad llegue a pudrir las raíces o propiciar la aparición de enfermedades.
Asimismo, para evitar que el agua se filtre por debajo de las piedras, se acostumbra agregar una delgada capa de musgo, sobre la cual se echará la tierra en una cantidad acorde con las dimensiones del recipiente y el largo de las raíces de las especies que se plantarán.
Para colocar las plantas , se las retira de sus contenedores y se quita el exceso de tierra de sus raíces, para luego meterlas en los agujeros hechos previamente en el sustrato del terrario, el que luego se va presionando de manera suave pero firme.
Finalmente, se echa un chorro de agua y la tarea ha terminado.
Debe tenerse en cuenta que los terrarios con tapa son los que demandan menos trabajo de mantenimiento, debido a que el agua penetra en la raíz, evapora y como no tiene salida, genera una especie de lluvia que hace el agua retornar para el suelo, por lo que sólo es necesario observarlo una vez a la semana para verificar si le hace falta más agua o si las plantas se ven afectadas por el exceso de condensación .
Las plantas en terrarios abiertos, en cambio, necesitarán agua una o dos veces por semana.
Fuente: Flor de Planta
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