Los Cultivos Más Eficientes Para Una Huerta Urbana
La necesidad de estar en contacto con la naturaleza es cada vez más grande en las ciudades. Entre paredes de cemento y calles asfaltadas, comienzan a nacer formas alternativas de cultivos urbanos donde los ciudadanos pueden sembrar y ver crecer sus propios alimentos para autoabastecerse o simplemente para experimentar la alegría de ver su casa o su barrio con más verde. Las huertas son la mejor manera de comenzar con esta conexión esencial de la vida. Para lograr un buen diseño deberás pensar qué especies te convienen plantar.
No importa el tamaño que dispongas en tu balcón o tu terraza, siempre podrás compartir el espacio con alguna planta. Las verdudras de hoja pequeña como la rúcula o la albahaca son ideales para esos lugares donde no cabe un recipiente grande. Requieren de poca profundidad en el sustrato y no son muy exigentes con las horas de luz solar. La gran ventaja de estos cultivos es que los pueden ir cosechando a medida que lo quieras consumir y la planta seguirá creciendo y compartiendo contigo sus hojas. Si las plantas terminan su ciclo y dan semillas, recuerda guardar algunas para la próxima temporada.
Son rojas, son sabrosas y muy fáciles de cultivar. Si nunca has plantado una fresa, puedes comenzar consiguiendo un plantín en tu vivero de confianza. Con poco espacio y unas horas de luz por día, podrás gozar degustando de una fresa y recién cosechada. Es una planta ideal para poner en juego la creatividad y diseñar un cultivo vertical ya que necesita poco espacio y puedes juntar muchas plantas en poco sustrato. Si tienes muchas aves en tu ciudad, puedes colgar algunos cd's en desuso o cintas de colores brillantes para evitar que se coman los frutos: son tan irresistibles que todas querrán probarlas.
Si lo que buscas es un rendimiento a la hora de la cosecha, puedes intentar cultivando algunos tomates cherry. Este pequeño fruto es una delicia para comer fresco y con una planta te aseguras una cosecha abundante para una persona en los meses de fructificación. Te puedes animar a probar con las diversas variedades como el amarillo que es más dulce y de sabor más intenso. No olvides regarlo, ya que no le gusta la deshidratación, y prepárale una tierra moderadamente abonada con un poco de compost o humus de lombriz. Combina su frescura con algunas hojas de albahaca o rúcula para una ensalada sencilla y sabrosa.
Las plantas aromáticas son conocidas por su utilidad en la cocina y la facilidad de su cultivo. Las plantas como el curry, el romero o la lavanda son ideales para aquellas personas con poco tiempo para el cuidado de la huerta: son bastante rústicas y necesitan de poca agua y mucho sol, por lo tanto, en una terraza a cielo abierto crecerán fuertes brindando abundancia en tu cocina y en tu huerto. Puedes probar con otras aromáticas como el perejil, el cilantro, el orégano y la menta, las cuales requieren de menos tierra y más agua, además de conformarse con menos sol diario.
La caléndula es una flor con múltiples beneficios que no puede faltar en tu huerta. Sus hojas y sus flores son comestibles, las puedes agregar frescas a tus ensaladas para aportarles sabor y color a tus comidas. Además es considerada una planta trampa sanitaria, ya que atrae a las plagas que están en la huerta como los pulgones, permitiendo que otras plantas que son sensibles a la invasión puedan crecer tranquilas. Como si no fuese suficiente, también se puede aprovechar esta maravilla natural para realizar productos de cosmética casera como cremas o ungüentos y también con fines medicinales para combatir las lombrices intestinales en infusiones.
Puedes aprovechar el espacio reducido de muchos ambientes para sembrar una excelente planta para las ensaladas frescas: el rabanito. Sus raíces se comen al natural y contienen muchos nutrientes que fortalecerán tu dieta. Sólo necesita un poco de tierra y algo de profunidad para desarrollar la raíz, por lo cual, será suficiente con una botella de gaseosa de dos litros en vertical para lograr una rica y sana planta. Utiliza el espacio vertical para aprovechar la multiplicación del cultivo. Sus distintas variedades abarcan sabores picantes suaves o intensos, asegúrate que la semilla que elijas sea de tu gusto.
Es importante la correcta asociación de plantas para que las diversas variedades que compartan el espacio no compitan por la luz y los nutrientes de la tierra. Es ideal combinar plantas de raíz como el rabanito, la cebolla o la zanahoria con alguna planta de hoja como la lechuga y la acelga. Detrás de ellas podrás colocar algún cultivo más vertical como el tomate o el maíz, logrando que la luz del sol les llegue a todos de manera escalonada y que los diversos niveles de profundidad de cada planta aprovechen los diversos nutrientes que en el sustrato se presenten.
Para comenzar con esta fantástica experiencia no debes exigirte más de lo que puedes hacer. Si tienes poco tiempo para cuidar las plantas o ver el desarrollo de las mismas, comienza con algunas pocas variedades. Es importante estar seguro de que podrás atenderlas como necesitan ya que requieren del cuidado y cariño de el horticultor urbano. Anímate a experimentar y tomate tu tiempo para observar y analizar el crecimiento de cada planta. Así podrás darte cuenta si necesita otras condiciones de luz, agua o sustrato además de conocer profundamente el ciclo de vida de cada ejemplar que será una gran compañía en tu día a día.
Fuente: eHow en Español
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