Bulbos para interior
El final del invierno es un buen momento para disfrutar dentro de casa de las flores de bulbos que se plantaron el otoño pasado.
Los Bulbos dan mucho juego, porque es una de las formas de tener flores durante todo el año si se plantan las diferentes especies de modo escalonado.
Por sus características de porte y de tamaño, los Bulbos resultan perfectos para formar grupos entre ellos.
Si rellenamos con musgo no se verá la tierra y de paso se consigue aumentar la humedad de la planta al mantenerse mejor la humedad del sustrato.
Hay que dejar marchitar la flor, mientras el Bulbo está enterrado almacena las reservas necesarias para volver a florecer la temporada siguiente.
Estos son de los Bulbos más utilizados en interior por su relativa facilidad de cultivo y el enorme atractivo.

Los Crocos o Crocus, florecen entre febrero y abril y pueden mantenerse sin dificultad en el exterior ya que son muy resistentes a las bajas temperaturas.
Posee unas flores muy llamativas de variados colores: blanco, amarillo, malva o morado.
Son idóneos para reutilizarlos en la próxima temporada siempre que se deje secar totalmente la planta antes de sacarlos del contenedor.
A la hora de plantar los Crocos hay que hacerlo de modo que apenas quede espacio entre ellos, cubriendo toda la superficie del recipiente elegido.
Jacintos, un bulbo fácil
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Los Jacintos son unas esplendidas flores para cultivar y tener dentro de casa en invierno.
A partir de que los brotes alcancen unos 5 cm de altura, deben colocarse en un lugar bien iluminado y fresco para un perfecto desarrollo de las hojas y las flores. Para cultivar los Jacintos en agua existe unos recipientes especiales, denominados jacinteros.
Se trata de un contenedor de cristal estrecho más abultado en el cuello, de manera que una vez colocado el bulbo, sólo entra en contacto con el agua la parte inferior del mismo y se puede ir viendo cómo poco a poco van brotando las raíces.
Además, este método ofrece la posibilidad de asegurarse de cuando es exactamente el momento en el que se debe trasplantar el ejemplar a tierra.
Conviene disponer dentro del jacintero un pequeño trozo de carbón vegetal.
En lugar de estos jacinteros, también pueden cumplir esta misma función otros receptáculos como: pequeños floreros, vasos u otros recipientes similares.
la clave está en que el bulbo quede encajado en el cuello del recipiente. Es el sistema de cultivo más fácil ya que no hace falta regar.
Conviene disponer dentro del jacintero un pequeño trozo de carbón vegetal.
En lugar de estos jacinteros, también pueden cumplir esta misma función otros receptáculos como: pequeños floreros, vasos u otros recipientes similares.
la clave está en que el bulbo quede encajado en el cuello del recipiente. Es el sistema de cultivo más fácil ya que no hace falta regar.
Cuando se plantan varios ejemplares juntos en un mismo recipiente, no hay que dejar espacio entre los bulbos, para ello es una buena idea rellenar los huecos con musgo; además de mejorar su apariencia, favorecerá la retención de humedad.
Esta es una magnífica forma para mejorar su efecto decorativo, ya que oculta la parte superior de los bulbos.
Por su porte erguido, los Jacintos se cultivan mejor si están un poco apretados, en una maceta más bien pequeña y no demasiado profunda.
En este caso se puede utilizar un recipiente decorativo, como una cesta de mimbre forrado con plástico; al tratarse de una planta de cultivo temporal, no importa que no tenga agujeros de drenaje para que escurra el agua sobrante.
Las flores se deben cortar con su tallo a ras de tierra a medida que se desluzcan pero, las hojas hay que dejar que amarilleen y se marchiten.
Las flores se deben cortar con su tallo a ras de tierra a medida que se desluzcan pero, las hojas hay que dejar que amarilleen y se marchiten.

Es entonces cuando se cortan, de esta forma el bulbo tiene tiempo de tomar reservas y almacenarlas para volver a dar flor en la siguiente temporada.
Lo ideal es mantener el abonado hasta el momento de cortar las hojas y sacar el bulbo.
Los bulbos se pueden dejar en la maceta, pero es preferible sacarlos y dejarlos guardados en un sitio seco y fresco, hasta la llegada del otoño y plantarlos de nuevo entre septiembre y octubre.
Nombre común: Muscari

El Muscari crece de modo natural en zonas rocosas de las regiones Mediterráneas y lo hace de tal forma que se le llega a valorar como una mala hierba.
Está considerada como una de las especies de bulbo más rústicas y fáciles de cultivar.
Es una planta bulbosa, de unos 20 cm de altura, que no es demasiado exigente en cuanto a la calidad del suelo, pero prospera mejor suelos húmedos, ricos y bien drenados.
Las inflorescencias se agrupan en el tallo floral de forma piramidal, son ligeramente fragantes y poseen una tonalidad azul profundo, existe también una variedad en color blanco.
Lógicamente el tiempo de floración es el mismo y lo hacen en primavera.
Las alegres florecillas azules producen una auténtica masa de color en jardines, en los que se emplea el Muscari para rocallas, borduras o para ubicar debajo de pequeños árboles que le den cierto frescor.
De la misma manera, cultivados en pequeñas macetas para interior ofrecen unos excelentes resultados.
Para conseguir resultados más vistosos y bellas combinaciones, es mejor plantar una buena cantidad de bulbos (del orden de 20) en forma de grupo para conseguir un efecto visual muy atractivo.
Igualmente es aconsejable plantarlos con otras especies bulbosas como narcisos o tulipanes.
Demanda una gran cantidad de luminosidad que puede difinirse desde el pleno sol a una sombra parcial.
El principal problema con el que nos podemos encontrar a la hora de cultivar esta bella planta es que se produzca la pudrición del bulbo, causada por el exceso de agua en el riego.
Esto puede originar la aparición de enfermedades graves que anulen su desarrollo.
Una vez acabada la floración y cuando las hojas terminen por secarse completamente, es el momento de recoger los bulbos, secarlos bien y mantenerlos en un lugar fresco y oscuro.
Los Muscaris se multiplican por medio de bulbillos que se originan abundantemente junto al bulbo principal.
Lógicamente el tiempo de floración es el mismo y lo hacen en primavera.
Las alegres florecillas azules producen una auténtica masa de color en jardines, en los que se emplea el Muscari para rocallas, borduras o para ubicar debajo de pequeños árboles que le den cierto frescor.
De la misma manera, cultivados en pequeñas macetas para interior ofrecen unos excelentes resultados.
Para conseguir resultados más vistosos y bellas combinaciones, es mejor plantar una buena cantidad de bulbos (del orden de 20) en forma de grupo para conseguir un efecto visual muy atractivo.
Igualmente es aconsejable plantarlos con otras especies bulbosas como narcisos o tulipanes.
Demanda una gran cantidad de luminosidad que puede difinirse desde el pleno sol a una sombra parcial.
El principal problema con el que nos podemos encontrar a la hora de cultivar esta bella planta es que se produzca la pudrición del bulbo, causada por el exceso de agua en el riego.
Esto puede originar la aparición de enfermedades graves que anulen su desarrollo.
Una vez acabada la floración y cuando las hojas terminen por secarse completamente, es el momento de recoger los bulbos, secarlos bien y mantenerlos en un lugar fresco y oscuro.
Los Muscaris se multiplican por medio de bulbillos que se originan abundantemente junto al bulbo principal.

Requiere una temperatura fría antes de que se produzca la floración y cálida mientras despliega sus flores.
Por este motivo, es en los climas templados con temperaturas entre 10º y 25 ºC son en los que mejor se desarrolla.
Iris reticulata
Nombre común: Lirio - Iris
Muy pocos grupos de plantas son tan bellos como el de estas plantas bubosas o rizomatosas, ampliamente difundidas.
Existen varios centenares de especies de estas plantas, originarias del hemisferio norte, y quizás el triple de híbridos y variedades, cuyos tamaños oscilan desde los más diminutos bubos (entre 8 y 10cm de altura) hasta sorprendentes plantas de 1´5m.
No obstante, son las variedades más pequeñas las que más se prestan para cultivar en macetas en el jardín o terraza.
El pequeño y hermoso Iris reticulata, de unos 30 cm de altura, es originario de Rusia, el Cáucaso y el norte de Irán.
Está integrada dentro de la familia de las Iridaceae, que incluye más de 2000 especies distribuidas por todo el mundo y acoge importantes géneros de plantas tan populares como el Gladiolo o el Azafrán.
Son bulbos de floración temprana ya que lo hacen a finales del mes de febrero o principios de marzo, desarrollan sus típicas flores de color purpúreo, manchas blancas y un trazo de tinte anaranjado en sus tres pétalos caídos o exteriores.
Estos coloridos bulbos resultan siempre muy atractivos y son especialmente llamativos cuando se los cultiva en el marco de una ventana, en pequeños maceteros o congregados en un punto delimitado del jardín donde se le pueda apreciar en su plenitud.
Uno o dos bulbos solitarios en una maceta quedarán pobres e insignificantes, por ello, es manifiesto que para sacar el mejor resultado ornamental se debe plantar un buen puñado.
Los bulbos de Iris al ser de reducido tamaño deben plantarse agrupados y bastante juntos, con el fin de que una vez que florezcan muestren un mayor atractivo.
Las estrechas hojas casi cilíndricas son de color verde y crecen por encima de las flores en la temporada de floración y desaparecen con la llegada del verano.
Se acomoda con facilidad a las exposiciones de pleno sol como de semi-sombra.
Estas pequeñas plantas bulbosas son apreciadas por la sencillez de su cultivo ya que no suele presentar excesivos problemas, lo único que puede causar alguna contrariedad es el encharcamiento del sustrato y que puede dañar al bulbo.
Las flores emiten un ligero aroma dulce.
Una vez que la floración haya acabado, dejemos que el compost se seque lentamente manteniéndolo así todo el verano.
No hay que quitar las flores que se van marchitando, se deben dejar que caigan naturalmente.
La Iris reticulata ofrece en sus diversas variedades bulbos que florecen con unos días o semanas de diferencia, dando la interesante posibilidad de tener floraciones escalonadas hasta el mes de abril.
Es conveniente incorporar un fertilizante específico para bulbos en el momento de plantarlos y otra durante el periodo decrecimiento.
Se propaga mediante los bulbillos que surgen del bulbo subterráneo y que se toman bien acabada la floración, entrado ya el periodo otoñal.
Freesia x hybrida
Nombre común: Fresia

Existen varios centenares de especies de estas plantas, originarias del hemisferio norte, y quizás el triple de híbridos y variedades, cuyos tamaños oscilan desde los más diminutos bubos (entre 8 y 10cm de altura) hasta sorprendentes plantas de 1´5m.
No obstante, son las variedades más pequeñas las que más se prestan para cultivar en macetas en el jardín o terraza.
El pequeño y hermoso Iris reticulata, de unos 30 cm de altura, es originario de Rusia, el Cáucaso y el norte de Irán.
Está integrada dentro de la familia de las Iridaceae, que incluye más de 2000 especies distribuidas por todo el mundo y acoge importantes géneros de plantas tan populares como el Gladiolo o el Azafrán.
Son bulbos de floración temprana ya que lo hacen a finales del mes de febrero o principios de marzo, desarrollan sus típicas flores de color purpúreo, manchas blancas y un trazo de tinte anaranjado en sus tres pétalos caídos o exteriores.
Estos coloridos bulbos resultan siempre muy atractivos y son especialmente llamativos cuando se los cultiva en el marco de una ventana, en pequeños maceteros o congregados en un punto delimitado del jardín donde se le pueda apreciar en su plenitud.
Uno o dos bulbos solitarios en una maceta quedarán pobres e insignificantes, por ello, es manifiesto que para sacar el mejor resultado ornamental se debe plantar un buen puñado.
Los bulbos de Iris al ser de reducido tamaño deben plantarse agrupados y bastante juntos, con el fin de que una vez que florezcan muestren un mayor atractivo.
Las estrechas hojas casi cilíndricas son de color verde y crecen por encima de las flores en la temporada de floración y desaparecen con la llegada del verano.
Se acomoda con facilidad a las exposiciones de pleno sol como de semi-sombra.
Estas pequeñas plantas bulbosas son apreciadas por la sencillez de su cultivo ya que no suele presentar excesivos problemas, lo único que puede causar alguna contrariedad es el encharcamiento del sustrato y que puede dañar al bulbo.
Las flores emiten un ligero aroma dulce.
Una vez que la floración haya acabado, dejemos que el compost se seque lentamente manteniéndolo así todo el verano.
No hay que quitar las flores que se van marchitando, se deben dejar que caigan naturalmente.
La Iris reticulata ofrece en sus diversas variedades bulbos que florecen con unos días o semanas de diferencia, dando la interesante posibilidad de tener floraciones escalonadas hasta el mes de abril.

Se propaga mediante los bulbillos que surgen del bulbo subterráneo y que se toman bien acabada la floración, entrado ya el periodo otoñal.
La mejor época para plantar estos bulbos es entre septiembre y octubre, dejando unos 7 cm de distancia entre ellos y enterrándolos entre 5 y 8 cm de profundidad.
Freesia x hybrida
Nombre común: Fresia

Abarca casi una veintena de especies naturales de África principalmente de Sudáfrica.
Las Fresias son unas de las primeras flores con las que nos obsequia la primavera, populares plantas de jardín que son cultivadas por sus flores generalmente muy aromáticas, también porque son fáciles de cultivar y resultan muy duraderas.
Es corriente encontrarla en las floristerías como flor cortada para la composición ramos y centros decorativos.
Las formas híbridas tienen hojas angostas, lanceoladas, aplanadas de color verde oscuro, con una longitud de unos 15 ó 20 cm, formando una especie de abanico plano.
La Fresia híbrida produce tallos florales que sobresalen de manera manifiesta de la mata, alcanzando un tamaño de 50 cm aproximadamente.
Los tallos poseen una disposición arqueada debido a la agrupación de flores en su extremo, éstas tienen forma de embudo y se encuentran reunidas en inflorescencias.
Dentro de la amplia variedad de tonalidades podemos encontrarlas en color blanco, rosa, naranja, azul, roja, lila…
Son excepcionalmente fragantes con un perfume muy agradable. Las Fresias se muestran muy vistosas si las plantamos formando grupos de colores variados.
Es preferible situarlas en semi-sombra porque el sol puede deteriorar estas flores con facilidad, especialmente en climas calurosos.
La floración se produce generalmente en primavera, dependiendo siempre de la época de plantación. Es beneficioso aportarle al sustrato un abonado muy suave antes de florecer para conseguir una floración más vigorosa.
Debemos mantener el compost siempre ligeramente húmedo, hasta que la floración haya acabado.
No requiere ningún tipo de poda, ya que tras la floración la parte aérea muere, por esta razón, es preciso que los riegos se vayan disminuyendo de forma gradual acabada la floración.
Después de marchitarse totalmente la parte aérea, los bulbos se sacan de la tierra y se conservan en un sitio seco y fresco.
Pueden permanecer en la maceta enterrados sin necesidad de sacarlos y retomar de nuevo su desarrollo la temporadas siguiente, aunque la floración es probable que no sea tan exuberante.

Las Fresias se multiplican por los nuevos brotes laterales que desarrollan y pueden ser plantados en primavera o en otoño, bien en macetas o jardineras, en un sustrato que sobre todo drene bien.
Es conveniente que dispongan de un suelo ligeramente ácido.

El tiempo natural de la floración de la Azucena es en verano, pero es fácil encontrar ejemplares forzados a partir de febrero.
Es un Bulbo resistente, pero si el invierno se presenta especialmente frío, es mejor cultivarlo dentro de casa. lega a alcanzar el metro de altura y de cada uno de sus tallos florales pueden surgir hasta 20 flores. Muy apreciada por su fragancia, la flor se cultiva ampliamente para su empleo como flor cortada.
Fuente: Plantas y flores
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