Mostrando las entradas con la etiqueta Niños. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Niños. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de septiembre de 2014

Nunca Discutas Delante de Ellos


Nunca discutas delante de ellos


Siempre he pensado que los niños no tienen porque aguantarse ni llevar la carga de las peleas de los adultos. No necesitamos ser Psicólogos ni especialistas para saber que esto esta totalmente mal, pero la realidad es que aunque por lo general los padres nos contenemos y nos esforzamos para no tener una discusión frente a ellos, a veces se nos ha escapado una. Por eso esta información puede ayudarnos a tener más cuidado la próxima vez que tengamos un desacuerdo con nuestra pareja.


Que un niño observe las peleas y discusiones de sus padres puede afectar muy seriamente su autoestima. Si el niño es extrovertido, probablemente lo vaya a comunicar. Pero si el niño no habla ni se expresa mucho, puede estar observando situaciones que lo asusten interiormente.


“Existen diversas reacciones dependiendo del carácter del niño. Hay niños que se tornan más inseguros, más dependientes, puede llevarlos a una introversión o por otro lado, a ciertas conductas agresivas”.



“Lo ideal es que las discusiones de los padres no se mantengan delante de los niños”. Sin embargo, si es que el niño se ‘gana’ con la pelea, es importante “acercarse y asegurarle al niño que papá y mamá lo quieren mucho, que estaban discutiendo no sobre él, sino sobre alguna otra cosa”, expresó.



Fuente: Reflexiones y Lecturas para meditar

martes, 22 de julio de 2014

CARTA DE UN HIJO A SUS PADRES!


No me des todo lo que te pida, a veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.

No me grites, te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.

No des siempre órdenes... Si en vez de órdenes, a veces, me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

Cumple las promesas, buenas o malas... Si me prometes un premio dámelo, pero también si es castigo.

No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídete y mantén esta decisión.

Déjame valerme por mí mismo, sí tu haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro, me harás sentir mal y perder la fe en lo que me dices.

Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice, a veces ni yo mismo lo sé.

Cuando estés equivocado en algo, admítelo. Crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.

No me digas que haga una cosa que tú tu no haces, yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

Cuando te cuente un problema mío no me digas: no tengo tiempo para boberías o eso no tiene importancia. Trata de comprenderme y ayudarme.

Y quiéreme, y dímelo, a mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.


Desconocido